Entonces alguien se dio cuenta de que en las profundidades habitaban especies más grandes, como la mayor criatura del planeta: la ballena azul (eso sin mencionar el cachalote, un pelín más pequeño). Ahora, cada temporada, los barcos salen diariamente desde Mirissa en busca de los cetáceos. Aunque se pueden avistar todo el año, los mejores meses son de diciembre a abril.